Valdespina Cigars, en 70-80 Smoke Room

Cae la tarde en Santo Domingo, la capital dominicana, y 70-80 Smoke Room comienza a recibir a quienes solos, o en pequeños grupos de amigos, van llegando para ser parte de este Jueves de Fumadores y toman un lugar en la terraza o en el privado del lugar, que pronto inundarán las notas melancólicas de un saxofón al ritmo de los clásicos.

No todos se conocen, pero eso es lo de menos. Se trata de compartir una fumada con dos vitolas de Valdespina Cigars y dos tragos de Ron Bermúdez; suficientes para romper el hielo y disfrutar de charlas agradables, en un ambiente informal de camaradería y buenos humos.

Los anfitriones son Mateo Guerrero, dueño del lugar, y Benny Batista, CEO de Valdespina Cigars, quienes departen con los participantes como uno más. Cualquiera presta gustoso su cortador y antorcha para hacer los honores –en ese orden, por recomendación del propio Benny– a un Toro de 6 pulgadas, cepo 52, de Corojo completamente dominicano, con tabaco Piloto Cubano sembrado en el país y HBA.

La gente viene y va. Igual aparecen Luis Reyes, de Galipote Cigars, que Fernando Franco, CEO de International Packaging, o Andrea Alcántara, dueña de Tutti Cigars. Otros departen en el exterior, donde una brisa suave les reconforta al final de un día caluroso.

Conforme los hielos se consumen en los vasos, es momento de prender el Robusto de 5 pulgadas, cepo 52, Corojo completo. Así, la noche se alarga y con las últimas notas del saxofón y el puro, el lugar poco a poco recupera su madrugada. Es un jueves cualquiera; una muestra de cómo se vive la cultura tabaquera en este país.

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