DE ESPÍRITUS Y HUMOS
En los últimos años hemos visto un increíble crecimiento del consumo, de la venta y obviamente en la creación de un cúmulo gigantesco de marcas, que cada vez más van apostando por crear una cultura selecta de amantes de esta gran bebida, el tequila. Sin embargo tenemos que preguntarnos: ¿cuánto conocemos de este destilado? ¿Qué tanto podemos adoptarlo para acompañar nuestros puros? Estas son algunas de las preguntas que trataremos de responder en el siguiente escrito.
El tequila es un destilado del agave variedad azul tequilana weber, cuyo proceso está regulado por el Consejo Regulador del Tequila (CRT) y las normas oficiales mexicanas, precisamente la NOM-006-SCFI-2012 y que debe cumplir con una serie de características. A saber:
- Es elaborado en las instalaciones de un productor autorizado.
- Su cosecha, producción, añejamiento y embotellado debe estar ubicado en el territorio comprendido en la Declaración de Denominación de Origen.
- La materia prima debe ser agave tequilana weber variedad azul.
- La formulación con otros azúcares puede hacerse hasta en una proporción no mayor del 49%.
- Las zonas geográficamente delimitadas para la producción del tequila en México son: Jalisco, Guanajuato, Nayarit, Michoacán y Tamaulipas, haciendo un paréntesis que no en todo el territorio del estado puede producirse, sino en una estrecha delimitación que el consejo regulador indica.
En cuanto a su clase debemos entender que cada cierto tiempo, los maestros tequileros, quienes son los encargados de la producción de este maravilloso destilado, pueden experimentar al interior; sin embargo, para que sea declarada una nueva clase debería de tener el respaldo del Consejo Regulador del Tequila. Las clases actuales son blanco, joven, reposado, añejo y extra añejo.