LA PANZA DE LOS FILÓSOFOS
Alberto Rafael León Ramos
El ser humano tiene diferentes necesidades para poder vivir, y según Maslow existen niveles que van desde la autorrealización, el reconocimiento, la afiliación, la seguridad y las que todos conocemos como fisiológicas. Esas últimas son las que en primera instancia sostienen a la persona, ya que por decirlo de una forma son el motor de esa máquina química-biológica y que posibilitan su existencia en este mundo.
El tomar agua y comer alimentos son necesidades básicas las cuales tiene cualquier ser humano. Rico o pobre. Alto o pequeño. Guapo o feo. Flaco o gordo. Todos necesitan llenar el estómago para andar contentos. Cualquier humano necesita ingerir líquidos, proteínas, grasas o calorías para tener una vida normal y ejecutar acciones como ir a trabajar, hacer deporte, limpiar la casa o comprar la felicidad a meses sin intereses en las ventas nocturnas.
Personalmente me llama la atención una situación. Hoy en día los alimentos son vistos como objeto de deseo, más que una necesidad primaria para la subsistencia, ya que en este mundo globalizado se está en posibilidad de adquirir gran variedad de comida. Solamente se necesita abrir el buscador en internet para encontrar la comida de la cual se tenga antojo y a disposición estará el restaurante japonés, chino, cantonés, italiano, tailandés, mexicano, americano, argentino o las picaditas de Doña Pelos, cual sazón es inigualable por la salsa secreta que impregna a sus antojitos.
A mi parecer la variedad es tan amplia y la competencia grande por vender que la comida y la bebida se han vuelto un objeto de deseo, es pues, al humano se le presenta como algo “deseable”; aquí cabe bien recordar algunas frases utilizadas para hacer de eso el objeto de deseo: “Aquí tu eres el King”, “Yo quiero Taco Bell”, “Un rugido de sabor”, “Me encanta todo esto”, “Recuérdame”, “A que no puedes comer solo una”, “Para chuparse los dedos”, “Destapa la felicidad”, “Come fresco”, “Te da alas”… y un sinfín de más frases inolvidables.
Cada una de estas frases están diseñadas para ser repetidas hasta el cansancio por los anunciantes, con ello se aseguran entrar en el subconsciente del humano para quedarse alojados ahí y salir a flote en el momento indicado que el cuerpo pida satisfacer la necesidad básica de comer o beber. Entonces, se activan los recuerdos de las frases pegajosas y con ella viene una imagen de la comida a la cual hace referencia. Porque también recordemos que de la vista nace el amor, y en este caso de la vista nace el “objeto de deseo por la comida”.
El objeto de deseo (comida o bebida) se hace presente cuando vemos una imagen sugestiva, en algún cartel, video promocional, folleto o meme, y también cuando se activa en nuestra caja de recuerdos aquellas frases pegadizas; el complemento perfecto para que el humano pueda dirigir sus pasos al local que venda ese tipo de comida. ¿Quién es el ganador? Pues, el vendedor el cual utilizó todos los medios disponibles para persuadir la voluntad del comprador y éste tenga la necesidad del producto pensando que es el más sabroso, inigualable, exquisito, deseable.
Las consecuencias de presentar la comida y bebida como objetos deseables están a la vista. La población mexicana actualmente presenta diferentes enfermedades relacionadas con problemas por una mala alimentación. El consumo de bebidas azucaradas genera como consecuencia población en aumento padeciendo diabetes infantil y juvenil.
La ingesta de comidas altas en sodio, calorías y grasas tiene como consecuencia una sociedad con altos índices de obesidad mórbida y con ello hipertensión. Y rematando, la comida ultra procesada para consumo rápido como son las sopas instantáneas, la comida insípida congelada o enlatada; que dañan irreversiblemente a cualquier cuerpo humano. Esto no se ha podido frenar aun cuando en nuestro país ya se existe el etiquetado frontal como advertencia sobre estos productos.
Llegados a este punto quiero terminar con unas preguntas para la reflexión: ¿Alguna vez fuiste a comprar comida o bebida a determinado lugar porque recordaste una frase o imagen? ¿Compraste comida porque la imagen expuesta se ve deseable? ¿Buscas promociones de comida o bebida? ¿Compras bebida o comida en determinados lugares porque consideras que te generan estatus? ¿Personalmente ves a la comida como objeto de deseo o como una necesidad humana básica?