Herman Dietrich Upmann

Manolo Santiago

En 1839 en Bremen, Alemania, un joven de familia de comerciantes planea cómo forjarse un futuro prometedor. Rumores del nuevo mundo llegan a él, con oportunidades enormes de prosperidad y nuevas maneras de vivir. Es entonces cuando Herman Dietrich Upmann toma la decisión de embarcarse hacia un destino incierto: Cuba.

Se dice que durante el viaje Herman se hizo de buenos prospectos de socios y amigos, entre ellos uno que le comentó de las grandes posibilidades de hacer prósperos negocios en la isla, sobre todo con la creciente industria del tabaco, presente. Fue entonces cuando en la isla, acompañado de sus socios, encontraron a un maestro torcedor quien les enseñara el arte de torcer un habano. H. Upmann comenzó a buscar tabacos y enviarlos a sus conocidos, amigos y familia hasta Bremen, junto con otros que conseguía en Cuba, sin embargo para diferenciarlos de los demás obsequios, a los producidos por su mano les colocaba una anilla amarilla para que no se confundieran con los demás, obteniendo gran reconocimiento por sus allegados y asegurando grandes oportunidades en la isla, decide comenzar un gran proyecto.

Llega el año 1844, primero de marzo y en la calle San Miguel 85 en la ciudad de La Habana abre su primer fábrica H. Upmann, que entre historiadores se contraponen argumentando que “H” significa “Hermanos”, “Herman”, o incluso que el apellido en realidad era “Hupmann” y no H. Upmann. En este mismo periodo nacen marcas como Punch, Romeo y Julieta y Ramón Allones, grandes competidores de H. Upmann, sin embargo la marca logró crear un perfil y levantar el listón de producción de forma tal que ganó gran reconocimiento a nivel mundial, obteniendo compras en territorios como Gran Bretaña, Francia, Dinamarca, Alemania, Estados unidos y España.

Fue tanto el éxito de la marca, la fábrica y demás negocios, que Herman le pidió a su hermano August que se embarcara hacia la isla y generaran negocios juntos, pero el apoyo de su hermano August solo duró unos pocos años, ya que decidió partir hacia África a probar suerte y hacerse de un nombre.

Para 1891, con tanto crecimiento y éxito, teniendo logros enormes como obtener el reconocimiento del Rey Don Alfonso XII de España quien los nombró “Proveedores de su Majestad y además privilegiados con el uso de las armas reales”, optan por mudar su fábrica a una imponente finca, Carlos II, con más de 200 trabajadores, que era algo imponente en su época. Tanto reconocimiento a su calidad ganaron que entre los años 1855 y 1907 fueron acreedores a 12 medallas de oro en diferentes exposiciones internacionales.

Además de su calidad y selección del producto, H. Upmann fue de las marcas más innovadoras al ser de las primeras en utilizar para sus tabacos las cajas de cedro para conservar y diferencias sus tabacos a los demás; también usó jarras de cristal y cerámica. Fue de los primeros en crear artículos verdaderamente coleccionables en sus producciones.

Durante el crecimiento de la marca y observando una gran oportunidad en la isla, German y Alberto Upmann, sobrinos de Herman se asocian con el, para la fundación de un banco comercial en La Habana; no obstante, el éxito no duraría toda la vida y para 1922 el banco y la fábrica H. Upmann tuvieron que declararse en quiebra, vendiendo la marca, la fábrica y demás a la compañía J. Frankau SA, y esta, al no ver ganancia por la marca, decidió venderla a su vez a Menéndez, García & Co., generando otra época para la marca H. Upmann, hasta nuestros días.

Hoy la marca perteneciente a Habanos SA y sigue gozando con gran prestigio entre los fumadores, no solo por la calidad de sus tabacos, sino por los aspectos generales de la marca, el sabor, aromas y la gran variedad de vitolas que existen en su catálogo, que son totalmente inconfundibles.

Con fortaleza de suave a medio, pero que esto no te sorprenda cuando estés fumando un habano H. Upmann con cinco años de añejamiento, ya que, seguramente la fortaleza habrá disminuido, por sus sabores se abran intensificados y haciéndose realmente definidos.

Dentro de sus líneas podemos encontrar:

  • Clásica (Coronas Junior, Minor, Major, Majestic, Half Corona, Sir Winston)
  • Magnum (Magnum 46, 50 y 54)
  • Connossieur (no. 1, A y B)
  • Producciones especiales como la Jarra de Noellas H. Upmann

Y el imperdible de H. Upmann Robustos Añejados:

Dentro de los maridajes más recomendados para esta marca, claro dependiendo de la vitola y el añejamiento que tenga, podemos mencionar varios ganadores:

  • Vinos tintos con añejamiento en barrica de al menos 24 meses
  • Brandy Carlos I Imperial
  • Ron Havana Club 7 y 15 años
  • The Macallan 12 años Double Cask
  • Té Negro
  • Espresso Machiato

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